La palabra, definiendo, amordaza; el verso trazado
destierra a sus iguales más vaporosos, y medra, asesino,
en organizaciones que los versos imaginados
tan solo pueden rondar como fantasmas. Recios como las patatas,
como las piedras, sin conciencia, la palabra y el verso se resisten,
ceden bien poco. No es que sean burdos (aunque
con frecuencia luego haya que modificarlos
por delicadeza o equilibrio) sino que continuamente
me dan menos de lo que deben: por una razón
o por otra, continúan decepcionándome.
Antipoética, antipictórica, la patata, en cambio,
apiña sus nudosos marrones en una página
inmensamente superior; y también la piedra roma.
Sylvia Plath
poemas, patatas
martes, 2 de noviembre de 2010 by elena sol
Filed under
de poemas
having
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario