-¿No has visto pasar a la Muerte con mi hijito?-
-Sí -respondió el zarzal- pero no te diré el camino que tomó si antes no me calientas apretándome contra tu pecho; me muero de frío, y mis ramas están heladas.
Y ella estrechó el zarzal contra su pecho, apretándolo para calentarlo bien; y las espinas se le clavaron en la carne, y la sangre le fluyó a grandes gotas.
Historia de una Madre, H.C.Andersen
estoy tan cansada
martes, 9 de noviembre de 2010 by elena sol
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