si me necesitas, llámame

viernes, 31 de diciembre de 2010 by elena sol

-Me escribirás, ¿verdad?- le dije. Ni por un momento pensé que nos ocurriría esto a nosotros. Después de tantos años. Ni soñarlo. A nosotros, no.
-Te escribiré- dijo ella. Cartas muy largas. Las más largas que hayas recibido jamás después de las que te mandaba en el instituto.
-Estaré impaciente por recibirlas-
Luego me miró otra vez y me pasó la mano por la cara. Me dio la espalda y se dirigió al avión que la esperaba en la pista.
Adiós, amada mía, que Dios sea contigo.
Subió al avión y me quedé hasta que los motores a reacción se pusieron en marcha. Al cabo de un momento, el avión empezó a rodar por la pista. Despegó sobre la Bahía de Humboldt y pronto de convirtió en un punto en el cielo.
Volví a casa, dejé el coche en el camino de entrada y miré las huellas de los cascos de los caballos. Había marcas profundas en el césped, y calvas, y montones de estiércol. Entré luego en la casa y, sin quitarme siquiera el abrigo, fui al teléfono y marqué el número de Susan.

Si me necesitas, llámame, Raymond Carver

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